
Empieza el tiempo de Cuaresma, y vamos a vivirla de una forma realmente auténtica. El mes pasado cuidamos de nuestro prójimo, más o menos conocido. Este mes vamos a ir aún más allá: pondremos la mirada en las personas necesitadas.
Cuando pensamos en “pobreza” la cabeza se nos va a países lejanos con realidades que nos imaginamos sin conocerlas mucho. Pero nos olvidamos de los que están más cerca. La pobreza en nuestras calles, las familias que lo tienen difícil para salir adelante, las filas del hambre, los desahucios, las carencias sanitarias…
¿De qué manera podemos cuidar a tanta gente que necesita ayuda? ¿Qué puedo hacer yo para ser sal para ellos? ¿Cómo puedo ponerme manos a la obra?
En esta Cuaresma, sal al encuentro. En el camino hacia la Pascua encontrarás muchas pistas para encontrarte con los preferidos de Jesús.